TRES MESES CON LAIA

Parece el título de una novela pero no lo es. Hace tres meses nació nuestra hija Laia y cuanto nos ha cambiado la vida. A pesar de las contínuas advertencias que te hacen durante el embarazo las que ya son madres, jamás puedes imaginar el nivel de cambio que se produce en tu vida cotidiana, tus rutinas, tus emociones, tu relación de pareja, incluso la relación con la familia, maaaaare.

Podéis imaginar que yo sigo enamorada "hasta las trancas", tengo la última foto de mi niña en mi salvapantallas del ordenador, el del móvil, la voy enseñando a todo el mundo, deben pensar que soy idiota, me siento como si yo fuera la única madre del mundo y nadie pudiera entender la intensidad de mis sentimientos, jajaja. Quienes me conocéis sabeis que soy racional hasta límites insospechados, con los pies en la tierra, práctica y pragmática, pero con Laia no puedo, no me canso de mirarla, abrazarla, besarla, acunarla, mimarla, me duelen los brazos, la espalda la tengo contracturada, tengo una hernia discal que me está matando, pero todo da igual. Lo único que deseo todo el día es estar con ella y dedicarle el 100% de mis horas.

Chicas, yo sé que las que sois mamás me entendereis, las que sereis ya lo hareis y las que no pensareis que estoy mal de la cabeza.

No puedo colgar ninguna foto porque desde principios de semana estamos en la casa de campo sin ninguna conexión con el mundo (aunque yo bajo todos los días a trabajar) pero a la vuelta prometemos fotos.

Felicidades a Lucía y Gema por la llegada de Chloe, a ver si tenemos ocasión de conocerla pronto personalmente.

Estos días, por la desconexión con el mundo rutinario, no tenemos ocasión de comentaros ni visitaros tanto, pero os mandamos un abrazo fuerte y os deseamos un feliz verano.