Cinco meses con Laia

Y parece que fue ayer cuando ese jueves por la mañana me levanté de la cama y rompí aguas. Ahí empezó la segunda fase de este periplo de la maternidad que nos trajo a Laia, el amor de nuestras vidas. Le vimos la cara, la oímos llorar y nuestra vida nunca ha vuelto a ser igual. Es tanto amor el que acumulo que a veces me embriaga la emoción y sólo con mirarla me dan ganas de llorar de felicidad.

Cinco meses con Laia en los que hemos aprendido a conocernos mutuamente, a querernos, a reconocernos. ¡Que locura!, aunque he de decir que me bastaron cinco segundos para amarla con todo mi ser.

Las que ya sois madres entenderéis (y las que aún no, leeréis esto algún día y os reconoceréis en mis palabras) lo que quiero decir cuando intento explicar lo que es oír como se despierta, asomarse a la cuna y ver una enorme sonrisa que es solo para tí, o como le enseñas su biberón y alarga las manos para intentar agarrarlo y llevárselo a la boca mientras da pequeños grititos, o como sonríe a carcajadas cuando le haces pedorretas o cosquillas en la tripita. Ver cómo se emociona al ver a la perrita e intenta lanzarse para tocarla o la cara de emoción al enseñarle un juguete que hacía días que no veía.

Hemos tenido mucha suerte, lo reconocemos. Laia es una niña preciosa. Y no me refiero al físico, que al fin y al cabo es secundario (aunque ¡¿habéis visto que ojos?!¡¿qué sonrisa?!, jejeje), sino a toda ella. Prácticamente no llora, es muy despierta, aprende muy rápido, sonríe constantemente y, además, duerme tooooda la noche (por regla general, claro, que también tiene sus días duros, aunque sean pocos).

¡Anda mamis, venid aquí que os de un abrazo!

En cuanto a la alimentación estamos con bibes de leche por la mañana y mediodía, papilla de frutas por la tarde y biberón de leche y cereales por la noche. De momento todo le gusta. Las papillas con cuchara parece que ya lo va controlando, aunque todavía nos tiramos de 30 a 45 minutos para conseguir comernos una papilla entera (¡¿habéis visto la cantidad que sale con la fruta que recomiendan darles?!).

Y el 7 de Octubre empezamos la piscina. Finalmente hemos encontrado la que nos ha gustado. Está en Valencia capital con lo cual tendremos que desplazarnos con coche, pero nos vale la pena porque es la que cumple con todas las normativas en cuanto a tratamiento del agua, no utilización de cloro, etc. Por cierto, iremos con Hugo, el bebé de Marian y Susana. Veremos que tal se nos da.


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Con este sol y yo las gafas en la cabeza...

Os dejamos algunas fotos más en suma a las que puso Luisa en el último post.

Chicas, lo reconozco, estoy DOBLEMENTE ENAMORADA.








Juraría que estaba jugando con una vaca, un chupete y un sonajero...

 





Doy mi palabra de que no me he guardado la papilla en los mofletes