Por aquí seguimos, tratando de recuperarnos de este mes de abril que ha sido de lo más movidito. Casi todo el mes lo pasamos organizando la celebración del cumple de la peque que definitivamente decidimos hacerlo el 16. Al final no hicimos la presentación civil que teníamos planeada (por falta de respuesta del ayuntamiento) aunque el banquete "familiar" terminó siendo para 80 personas. !Menudo lío!: compra, cocina, prepara, recibe a la gente...pero al final salió todo fenomenal. La única pena es que mi abuela, la bisabuela de Laia no pudo venir a celebrarlo con nosotras ya que estaba luchando su mayor batalla, una contra el Alzheimer, maldita enfermedad, que se la llevó un día despues de la celebración. Así que vivimos ese día con el sabor dulce y amargo de la alegría y la pena.
Y el domingo siguiente, el 24 de abril, cogíamos un Euromed que nos llevó a Barcelona desde donde, al día siguiente, salía nuestro Crucero por el Mediterráneo. En la Ciudad Condal nos alojamos en el hostal de el Coco http://buscandolonaranjayverde.blogspot.com/ al cual pudimos conocer en persona así como a sus mamás. Nos trataron de maravilla y desde aquí les mandamos un abrazo muy fuerte.
Del crucero que decir...una maravilla. Nuestro itinerario fue Barcelona-Malta-Sicilia-Roma-Génova-Marsella-Barcelona. Una semana de puro lujo, comida estupenda, gente amabilísima, instalaciones de ensueño y ciudades preciosas con un clima perfecto, ni frío ni calor. Nuestra princesa se portó de maravilla: comió, durmió (en una cama enoooorme en medio de las mamás), fue la expectación del barco, la más peque de todos. Los camareros se la rifaban para cogerla en brazos y ella les dedicabas las mejores de sus sonrisas y sus monerías más encantadoras. Probó un montón de comidas nuevas y ¡aprendió a andar solita!. ¡Cuando salimos de casa apenas daba tres o cuatro pasos y cuando volvimos corría como una lagartija! Es maravilloso verla dar esos pasitos cortos, como si fuera un patito, sin prisa pero sin pausa...nuestra niña se hace mayor...Y el lunes otro Euromed y a casa, donde nos esperaban ansiosos tía y abuelos de la niña para comérsela a besos.
Haciendo sus pinitos en eso de andar |
Como véis no hemos parado. Ahora toca centrarse, seguir con la rutina diaria y adecuar toda la casa para que Laia pueda corretear tranquila evitando los mayores peligros.
Saludos a todas.