
La vida parece que está repleta de tópicos que durante mucho tiempo te repiten y para ti no tienen sentido y de repente comprendes su significado en toda su dimensión. A mi edad he llegado a la conclusión que es directamente proporcional a la experiencia y la edad.
La maternidad te modifica muchos conceptos y percepciones y acabas entendiendo muchos de esos tópicos o simplemente comentarios que en alguna ocasión te hayan podido hacer, aunque al final cada una vivirá su propia experiencia aderezada con sus ilusiones personales y saboreada con todo el amor que nadie más podrá sentir.
Laia nació hace cuatro meses y desde el momento que se produjo el embarazo, muchas mamás nos decían que disfrutáramos de cada momento y cada minuto porque el tiempo pasa muy rápido.
Yo sabía bien de qué hablaban porque llegué a tener esa misma sensación mientras mi madre moría, el tiempo pasaba tan rápido que sentía que no había podido llenárme lo suficiente con ella. La vida había pasado tan deprisa que iba a cortar su existencia sin haber podido completar nuestra vida juntas. Jamás conocería a esa nieta que tanto deseaba tener y mi hija nunca conocerá a su yaya Trini.
Ayer vinieron a la caseta Marian y Susana con Hugo a pasar el día y recordábamos nuestros encuentros pasados pensando en un futuro con hijos, los positivos, los embarazos, los nacimientos, ... y todo eso ha pasado, y Hugo cumplirá un año dentro de nada y Laia ya toma cereales y en nada estará gateando o le estarán saliendo los dientes y siempre tendré la sensación de que no lo he vivido lo suficiente, que el tiempo pasa demasiado deprisa.
A veces quisiera detenerlo, cuando se duerme encima de mi y me babea el pecho, cuando la oyes balbucear por la mañana, te asomas a la cuna y te regala una enorme y preciosa sonrisa, cuando alguien que no es nosotras la coge en brazos y nos mira a una y a la otra, como si fuera un partido de tenis, para no perdernos de vista. Le amo tanto que mi interior se convulsiona al escribirlo.
Si alguien tiene una fórmula mágica para manipular el tiempo, que me lo diga.