Ufffff, nuestra niña ya no es un bebé.
Está a punto de cumplir los tres años. Anoche durmió por primera vez en su cama nueva de la casa de los iaios, abandonando para siempre la cuna. La semana pasada abandonó el chupete de una manera definitiva aunque ha sido un proceso progresivo. La lectura de cuentos se ha incorporado a sus noches. Y sigue la evolución, como no podría ser de otro modo.
La evidencia, cuando ella dice "es que Laia es molt gran".
Dos lesbianas, 9 meses y una nueva vida
Somos dos mujeres que se casaron el 9 de Julio de 2006. Con nuestra boda quisimos reivindicar la existencia de otros modelos de familia en la visita de Ratzinger en el V Encuentro Mundial de las Familias. Queríamos tener una hija/o y como no encontrábamos información de otras mujeres lesbianas en la misma situación, el 21 de enero de 2008 decidimos crear este blog, el primero de estas características en España.Este es un espacio de visibilidad, no publicamos anónimos sin identificar.
lunes, 25 de marzo de 2013
lunes, 28 de enero de 2013
CUMPLIMOS CINCO AÑOS EN LA BLOGOSFERA
Hace cinco años decidimos abrir este blog porque queríamos iniciar el proceso de ser mamás pero no encontrábamos en la red información ni experiencias de otras parejas de mujeres en la misma situación. Por el contrario, contactamos con muchas mujeres de América Latina que ya llevaban unos cuantos años presentes en la blogosfera a pesar de no contar con los avances legislativos que contábamos en España.
Por todo, nos decidimos a iniciarnos en esta aventura para ir contando y compartiendo nuestro propio proceso.
Muchas cosas han pasado en estos cinco años. 2 inseminaciones negativas, 1 aborto en la semana 8, otras 3 inseminaciones negativas, 1 FIV y por fin un embarazo que se inicia en julio del año 2009 y acaba con el nacimiento de Laia en abril de 2010.
Sus primeros dientes, balbuceos, el momento que empieza a caminar, muchas dudas sobre el sueño, la comida, las normas, .... pero ninguna duda sobre el cariño, el amor y la ternura que nos inspira y nos alimenta cada día. Porque Laia es lo mejor que nos ha pasado en la vida.
En estos años hemos conocido a otras blogueras en las dos kedadas que hemos organizado, con algunas de ellas seguimos en contacto, otras se han convertido en amigas, ... Porque la familia bloguera empezó a crecer, si no recuerdo mal con AyP de Madrid que se encontraban esperando a Ada, en poco tiempo llegaron Silvia y Eva, las Crisas, Aqua y Lotus, Lenys y Laly, la princesa caramelo, Thais y María, Lau y Bego, Ovulín en Chinitilandia, Mulier y Eli, Euge y Dante, ... tantas y tantas que hoy sería difícil precisar cuantas familias tienen un blog abierto. Incluso en estos años, muchas de esas familias han sufrido transformaciones por separaciones después de la llegada de un hijo/a, historias que se truncan durante el propio proceso, o simplemente procesos que nunca llegan a término por cuestiones económicas o físicas, ... esto sólo demuestra que nuestras familias están en constante evolución, como todas.
220 seguidoras y seguidores fieles a nuestra historia a quienes os damos las gracias por estar ahí, por alimentar este blog con vuestras lecturas y comentarios.
Muchos post sobre nosotras y nuestra hija, pero también sobre cuestiones relacionadas con nuestros derechos, noticias, convocatorias, kedadas, ...
Un libro que estamos escribiendo para que en el futuro nuestra hija pueda leer su propia historia.
jueves, 20 de diciembre de 2012
Su primer circo sin animales
Mi hija no lo recordará, pero sus mamis han querido que la primera vez que fuera al circo, en este no hubieran animales. Como dijo ayer el presentador de el Circo Gran Fele, "los animales tienen que estar donde les corresponde".
Porque fue el Circo Gran Fele el que elegimos para "su primera vez". Y la experiencia fue muy bonita, aunque quizá Laia no lo entendiera muy bien porque la función, que se llamaba Dulce Cuento de Miedo contaba una historia. El personaje que más disfrutó fue el Señor Pla, el payaso.
Lo cierto es que a mitad de función se durmió. Teniendo en cuenta que se había levantado a las 7:30 para ir a la escoleta, se había pasado todo el día en activo sin siesta y la representación era a las 20:00, su cuerpo no pudo aguantarlo y, a pesar de la música, el ruido, .... ella durmió plácidamente la última media hora.
Yo concretamente lo disfruté mucho, tenía muchísimas ganas de conocer el trabajo de esta compañía valenciana que lleva ya unos cuantos años dedicándose a ésto, y recomiendo a todo el que pueda que los conozca, porque hacen un espectáculo entrañable, donde no hay grandes actuaciones, ni riesgos, pero cuando entras a la carpa tienes la sensación de que te transportas en el tiempo y estás en un circo de los de antes, lo que se ven en las películas. De hecho, me recordó mucho a la película Moulin Rouge, imagino que por la música, los decorados, los vestuarios, ... totalmente recomendable.
Porque fue el Circo Gran Fele el que elegimos para "su primera vez". Y la experiencia fue muy bonita, aunque quizá Laia no lo entendiera muy bien porque la función, que se llamaba Dulce Cuento de Miedo contaba una historia. El personaje que más disfrutó fue el Señor Pla, el payaso.
Lo cierto es que a mitad de función se durmió. Teniendo en cuenta que se había levantado a las 7:30 para ir a la escoleta, se había pasado todo el día en activo sin siesta y la representación era a las 20:00, su cuerpo no pudo aguantarlo y, a pesar de la música, el ruido, .... ella durmió plácidamente la última media hora.
Yo concretamente lo disfruté mucho, tenía muchísimas ganas de conocer el trabajo de esta compañía valenciana que lleva ya unos cuantos años dedicándose a ésto, y recomiendo a todo el que pueda que los conozca, porque hacen un espectáculo entrañable, donde no hay grandes actuaciones, ni riesgos, pero cuando entras a la carpa tienes la sensación de que te transportas en el tiempo y estás en un circo de los de antes, lo que se ven en las películas. De hecho, me recordó mucho a la película Moulin Rouge, imagino que por la música, los decorados, los vestuarios, ... totalmente recomendable.
lunes, 10 de diciembre de 2012
Laia empezó a ir a la guarde
Llegó el momento que tanto estábamos evitando pero al final ha sido ineludible.
Como Núria ha estado desempleada desde que se quedó embarazada, tomamos la decisión de no llevar a la niña a la guardería porque consideramos que para ella iba a ser lo mejor. Con ello evitaríamos enfermedades inecesarias y separaciones forzadas porque lo mejor sería pasar el día con mamá.
De todos modos y a pesar de la decisión tomada, nos informamos previamente e incluso la pediatra nos dijo que lo alargáramos todo lo que pudiéramos porque, desmontando todos los tópicos que existen, ni es mejor para los niños y niñas porque así socializan (la etapa de socialización de una persona se desarrolla a partir de los dos años o dos años y medio), ni desarrollan mejor su sistema inmune al contraer más enfermedades, ni aprenden más. Según nos dijo, todo ésto son pretextos que nos hemos inventado en esta sociedad para aliviar nuestras conciencias ante la obligada decisión de tener que dejar a nuestros hijos en hijas en centros educativos desde tan pequeños.
La cuestión es que Laia empezará su etapa en infantil a partir de septiembre del año que viene y nos planteamos llevarla a la guardería aunque fueran unas horas al día para que empiece a acostumbrarse a los horarios, a la rutina, y a estar con otros niños y niñas a solas sin mamá y mami.
En un principio no tuvimos plaza y casi que nos alegramos, así que mi suegra se ha encargado de cuidarla durante estos meses ante la incorporación de Núria al trabajo. Pero a mediados de noviembre nos llamaron para decirnos que había una plaza y si queríamos era nuestra, así que después de la compra de babero, mochila, y el pago correspondiente, nuestra niña empezó el día 1 de diciembre a ir a la escoleta desde las 9 de la mañana hasta las 12.
El primer día fue bien porque llevábamos varios días explicándole que iba a empezar a ir al cole porque ya era mayor y que su amiga Claudia estaría allí, así que afrontó el día con ilusión. Pero el resto de los días (que de momento han sido 3) ha entrado llorando, pidiéndole a Núria que no se fuera, con el consiguiente disgusto también para ella. De hecho, el martes fui yo a recogerla y después de preguntarle por lo que había hecho y cómo lo había pasado, me contestó que bien pero que estaba triste porque mamá no estaba. Tiene una sensación de abandono que no ha sentido en ningún momento de su corta vida. Muy triste, la verdad.
La cuestión es que todo esto lo racionalizas y piensas que en algún momento esto tenía que ocurrir, que para ella es lo mejor porque toda la vida no va a estar con mamá y mami, que tiene que adaptarse a madrugar y a unos horarios, pero ¿es justo que lo tenga que aprender tan pequeña?.
El otro día me decía Núria que no tenía claro si habíamos hecho lo mejor, porque podía haber seguido en casa de mi suegra, con ella, paseando, saliendo al mercado, pintando y jugando en su casa, ... y probablemente no sabremos si es mejor o peor porque todo depende de la perspectiva de cómo se mire y la mirada con la que se analice.
Como Núria ha estado desempleada desde que se quedó embarazada, tomamos la decisión de no llevar a la niña a la guardería porque consideramos que para ella iba a ser lo mejor. Con ello evitaríamos enfermedades inecesarias y separaciones forzadas porque lo mejor sería pasar el día con mamá.
De todos modos y a pesar de la decisión tomada, nos informamos previamente e incluso la pediatra nos dijo que lo alargáramos todo lo que pudiéramos porque, desmontando todos los tópicos que existen, ni es mejor para los niños y niñas porque así socializan (la etapa de socialización de una persona se desarrolla a partir de los dos años o dos años y medio), ni desarrollan mejor su sistema inmune al contraer más enfermedades, ni aprenden más. Según nos dijo, todo ésto son pretextos que nos hemos inventado en esta sociedad para aliviar nuestras conciencias ante la obligada decisión de tener que dejar a nuestros hijos en hijas en centros educativos desde tan pequeños.
La cuestión es que Laia empezará su etapa en infantil a partir de septiembre del año que viene y nos planteamos llevarla a la guardería aunque fueran unas horas al día para que empiece a acostumbrarse a los horarios, a la rutina, y a estar con otros niños y niñas a solas sin mamá y mami.
En un principio no tuvimos plaza y casi que nos alegramos, así que mi suegra se ha encargado de cuidarla durante estos meses ante la incorporación de Núria al trabajo. Pero a mediados de noviembre nos llamaron para decirnos que había una plaza y si queríamos era nuestra, así que después de la compra de babero, mochila, y el pago correspondiente, nuestra niña empezó el día 1 de diciembre a ir a la escoleta desde las 9 de la mañana hasta las 12.
El primer día fue bien porque llevábamos varios días explicándole que iba a empezar a ir al cole porque ya era mayor y que su amiga Claudia estaría allí, así que afrontó el día con ilusión. Pero el resto de los días (que de momento han sido 3) ha entrado llorando, pidiéndole a Núria que no se fuera, con el consiguiente disgusto también para ella. De hecho, el martes fui yo a recogerla y después de preguntarle por lo que había hecho y cómo lo había pasado, me contestó que bien pero que estaba triste porque mamá no estaba. Tiene una sensación de abandono que no ha sentido en ningún momento de su corta vida. Muy triste, la verdad.
La cuestión es que todo esto lo racionalizas y piensas que en algún momento esto tenía que ocurrir, que para ella es lo mejor porque toda la vida no va a estar con mamá y mami, que tiene que adaptarse a madrugar y a unos horarios, pero ¿es justo que lo tenga que aprender tan pequeña?.
El otro día me decía Núria que no tenía claro si habíamos hecho lo mejor, porque podía haber seguido en casa de mi suegra, con ella, paseando, saliendo al mercado, pintando y jugando en su casa, ... y probablemente no sabremos si es mejor o peor porque todo depende de la perspectiva de cómo se mire y la mirada con la que se analice.
domingo, 21 de octubre de 2012
Artículo sobre reproducción y próximo encuentro de familias
Hola familias, hoy mi entrada no está directamente relacionada con Laia sino más bien con el activismo.
Os paso un enlace a un artículo que se publicó ayer en El País sobre el acceso para las parejas de mujeres a la reproducción asistida en la sanidad pública y en el cual colaboré http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/19/actualidad/1350675283_805811.html El artículo habla sobre el caso de Raquel y Elena, una pareja de mujeres que acudió al Espai de Famílies de Lambda buscando apoyo y asesoramiento y que está luchando para que se reconozca la discriminación a la que están siendo sometidas después de que un hospital valenciano les haya rechazado su solicitud para realizar el proceso de reproducción asistida.
También quiero informaros sobre la celebración del IV Encuentro Andaluz de Familias LGTB que se celebrará el próximo 10 de noviembre en Sevilla. Os paso el enlace donde podéis encontrar toda la información. La inscripción es gratuita. http://www.defrente.org/iv-encuentro-andaluz-de-familias-lgtb/ Nosotras estaremos por allí
Os paso un enlace a un artículo que se publicó ayer en El País sobre el acceso para las parejas de mujeres a la reproducción asistida en la sanidad pública y en el cual colaboré http://sociedad.elpais.com/sociedad/2012/10/19/actualidad/1350675283_805811.html El artículo habla sobre el caso de Raquel y Elena, una pareja de mujeres que acudió al Espai de Famílies de Lambda buscando apoyo y asesoramiento y que está luchando para que se reconozca la discriminación a la que están siendo sometidas después de que un hospital valenciano les haya rechazado su solicitud para realizar el proceso de reproducción asistida.
También quiero informaros sobre la celebración del IV Encuentro Andaluz de Familias LGTB que se celebrará el próximo 10 de noviembre en Sevilla. Os paso el enlace donde podéis encontrar toda la información. La inscripción es gratuita. http://www.defrente.org/iv-encuentro-andaluz-de-familias-lgtb/ Nosotras estaremos por allí
miércoles, 12 de septiembre de 2012
La niña se nos hace mayor
Antes de empezar a escribir este post, soy consciente de que muchas de vosotras os reireis de nosotras pero lo que os voy a contar ha sido un proceso duro de asumir (para nosotras) y llevamos casi dos semanas preparándolo todo para cuando llegara el día, que fue ayer.
Laia ya duerme en su habitación. Y sí, sabemos que Laia tiene dos años y cuatro meses y que quizá ya le tocaba pero nuestro planteamiento es que no había ninguna prisa. Bueno, más que planteamiento eran excusas, que si no hay prisa, que la niña está a gusto, que su habitación está muy lejos de la nuestra, que si aún hace mucho calor, que si hay que limpiarla a fondo, que va a ser difícil para ella dormir sin nosotras al lado, que si, que si, ....
La cuestión es que la cuna donde ha estado durmiendo durante este tiempo era prestada. Y estas amigas nos la pidieron porque se la dejaban a otras. Así que el momento había llegado.
Como llevábamos varios días diciéndole que se iba a dormir a su habitación, porque ya era mayor y que la cunita se tenía que ir ya, ella anoche estaba emocionada. Incluso, sobre las 8 de la tarde, me dice que le abriera la puerta de su habitación y la veo cogiendo su Poo (un muñeco de winnie con el que duerme) de la cunita y llevándolo a su cama.
Y lo nuestro fue de risa, acompañándola las dos a dormir, como quien va al aeropuerto a despedir a alguien que no va a ver en mucho tiempo.
La cuestión es que ha dormido como un lironcito y que hemos empezado una nueva fase con ella. La niña se nos va haciendo mayor.
Laia ya duerme en su habitación. Y sí, sabemos que Laia tiene dos años y cuatro meses y que quizá ya le tocaba pero nuestro planteamiento es que no había ninguna prisa. Bueno, más que planteamiento eran excusas, que si no hay prisa, que la niña está a gusto, que su habitación está muy lejos de la nuestra, que si aún hace mucho calor, que si hay que limpiarla a fondo, que va a ser difícil para ella dormir sin nosotras al lado, que si, que si, ....
La cuestión es que la cuna donde ha estado durmiendo durante este tiempo era prestada. Y estas amigas nos la pidieron porque se la dejaban a otras. Así que el momento había llegado.
Como llevábamos varios días diciéndole que se iba a dormir a su habitación, porque ya era mayor y que la cunita se tenía que ir ya, ella anoche estaba emocionada. Incluso, sobre las 8 de la tarde, me dice que le abriera la puerta de su habitación y la veo cogiendo su Poo (un muñeco de winnie con el que duerme) de la cunita y llevándolo a su cama.
Y lo nuestro fue de risa, acompañándola las dos a dormir, como quien va al aeropuerto a despedir a alguien que no va a ver en mucho tiempo.
La cuestión es que ha dormido como un lironcito y que hemos empezado una nueva fase con ella. La niña se nos va haciendo mayor.
miércoles, 22 de agosto de 2012
Volvemos a la normalidad
Prácticamente pasó el verano y aquí estamos, de vuelta a casa, dejando atrás casi un mes de estancia en la casa de campo y tres días de viaje por el interior de la Comunidad Valenciana.
El verano es la mejor época para comprobar los avances de nuestra niña, porque al llegar al campo recordamos lo que hacía el año pasado, y comprobamos con asombro cuánto ha crecido, cómo ha mejorado su psicomotricidad y como se lo pasa bomba con cosas a las que el año anterior no les hacía ni caso.
Ya es capaz de nadar con manguitos, pero si se los quitamos bucea y sale a flote ella solita, y, por supuesto, esta última opción le gusta mucho más que la primera, lo cual nos sumerje en una lucha contínua por evitar que se ahogue.
Habla por los codos, y formando frases completas con su sujeto + verbo + predicado, conjugación de verbos incluida...Aunque mayoritariamente le hablamos y escucha el valenciano suele hablar en castellano (pensamos que influencia de los dibujos animados), aunque entiende perfectamente ambos idiomas y si la fuerzas a que te diga las cosas en valenciano te las dice.
El 2 de julio le quitamos el pañal y fue mucho mas fácil de lo que esperábamos. Pensamos que es porque estaba sobradamente preparada. Sabía y entendía perfectamente lo que era hacer pipi y caca, así que no le costó nada pasar a la práctica. Por la noche todavía lo lleva, pero ya llegará el momento de quitarlo. Recomendamos a las mamás que estéis en el proceso que no tengáis prisa, que vale la pena que esten pasados en este punto a que no esten preparados.
Seguimos sin problemas de conducta, nada de rabietas, carácter amable y muy cariñosa. Nos damos besos a todas horas, le decimos cuanto la queremos y qué suerte hemos tenido de que llegara a nuestras vidas, y ahora ya si que nos entiende. Nos da besos, abrazos, se nos engancha a la pierna y nos dice un "mamaaaaaaaaaaaa" o "mamiiiiiiiiiiiiii" tan amoroso que nos derretimos...
En septiembre empiezo a trabajar (Núria), así que la fierecilla se quedará con mi madre hasta que no haya más remedio.
Tambien estamos pensando ya en el "tema colegio", y tenemos bastante claro que la queremos llevar a un colegio concertado, una cooperativa llamada "La Masia", que está en Museros. Es una escuela laica, donde el uso del valenciano es una prioridad y donde tienen una filosofia muy abierta. Como ejemplo decir que por ser familia homoparental tienes un punto extra a la hora de entrar. Lo unico que nos falta saber es el tema económico, y esperamos poder pagarlo aunque sea haciendo un esfuerzo, ya que pensamos que merece la pena. Y que nos la cojan, claro!
De momento poco más. Os dejamos una fotos para que veais lo guapísima que está nuestra princesa.
jueves, 12 de julio de 2012
Convenio entre IVI y FELGTB
Amigas, os cuento que hemos firmado entre FELGTB e IVI un convenio sobre el que os detallo a continuación los términos.
La FELGTB firma un convenio con la clínica de reproducción asistida IVI, uno de los principales referentes en Europa en medicina reproductiva con descuentos para las socias y socios de sus entidades.
La importancia de este convenio no radica sólo en el hecho de los beneficios económicos para las socias y socios, que están detallados al final, sino por el compromiso de IVI en adaptar la documentación incluyendo a las parejas de mujeres que acceden a estas técnicas y la inclusión de la madre no gestante en dicha documentación, en la base de datos y en el proceso.
Hasta el momento de la firma de este convenio, las parejas de mujeres independientemente de que estuvieran casadas o no, que acudían a IVI firmaban documentación como mujeres solas, siendo completamente excluida del protocolo la mujer no gestante e invisibilizada nuestra realidad en las estadísticas. Este hecho ha sido un requisito imprescindible para la firma de este convenio.
Los beneficios que ofrece IVI incluye a las socias y los socios del Col·lectiu Lambda y sus familiares en primer grado.
Las ventajas económicas se traducen en los siguientes descuentos sobre la tarifa oficial de precios vigente en cada momento:
1. Descuento del 50% en la primera visita de Reproducción Asistida.
2. Descuento del 5% en los tratamientos de Reproducción Asistida (incluye intervención en quirófano y analíticas)
3. Descuento del 10% en el resto de tratamientos y actos médicos. (Obstetricia, Pediatría, Salud integral de la mujer y el varón y Banco de cordón umbilical)
Para la efectiva aplicación del acuerdo, será necesaria la correcta identificación de la paciente mediante la presentación de un documento que acredite que pertenece a la misma.
Si todavía no eres socia del Col·lectiu Lambda y vas a iniciar un proceso de reproducción, consúltanos para poder beneficiarte de estos descuentos. Puedes hacerlo a través del correo families@lambdavalencia.org
Desde el Grupo de Famílies del Col·lectiu Lambda nos sentimos muy orgullos@s porque las negociaciones se han realizado desde aquí a través de nuestra compañera Luisa Notario, anterior responsable de Familias de la FELGTB.
lunes, 9 de julio de 2012
El acceso a los tratamientos para las parejas de mujeres
http://orgullogaymadrid.com/index.php/es/noticias/item/802-acceso-a-los-tratamientos-de-fertilidad-en-espa%C3%B1a-una-odisea-para-las-parejas-lgtb.html
Lola Gabaldón Madrid, 20/Junio/2012
Los derechos sociales constituyen los logros de una colectividad que, con muchos esfuerzos e incontables pérdidas por el camino, dignifican nuestro día a día. Precisamente de dignidad habla nuestra Constitución, en referencia al disfrute por parte de la ciudadanía de los derechos que le son inherentes y que suponen el libre desarrollo de su personalidad.
Sin embargo, en infinidad de ocasiones somos testigos de cómo nuestros derechos y nuestra dignidad -ésa que refrendan nuestras leyes, las que votaron los políticos que nosotros mismos elegimos gracias a nuestro sistema democrático- se ven mermados. Ocurre con pequeños -o grandes- detalles de nuestra vida y, en muchas ocasiones, nos empujan a levantar la voz y lanzar nuestra queja.
A continuación reproducimos la carta de protesta que nos ha hecho llegar una pareja de mujeres que están intentando acceder a un tratamiento de fertilidad a través de un seguro médico privado. Cuando son informadas de que las posibilidades de disfrutar del mismo son muy reducidas porque está destinado, principalmente, a parejas con "graves problemas de infertilidad", ambas se plantean si realmente su situación no conlleva dicho requisito.
Ésta podría ser una buena muestra de la situación de miles de parejas LGTB españolas, que ven pisoteados sus derechos por instituciones que juegan al escondite y se amparan en la burocracia y el vacío administrativo para eludir el cumplimiento de nuestras leyes.
Muchas veces me han preguntado amigos, compañeros e incluso familiares, si me he sentido discriminada por el hecho de compartir mi vida con una persona de mi mismo sexo. Y quizá seamos unas fortunadas, porque en más de 10 años que llevo con mi pareja, nunca (de verdad, nunca) hemos tenido ni el más mínimo problema ni con la gente que conocemos, ni con la que nos hemos ido encontrando por el camino.
Sin embargo, y no deja de ser paradójico, todo el respeto que nos ha mostrado la sociedad se ha convertido en absoluto desprecio por parte de las instituciones, administraciones públicas y asociaciones. Y nos las prometíamos felices cuando se aprobó la ley del matrimonio homosexual... Desde 2006, año en el que nos casamos, todo han sido trabas burocráticas a nuestro deseo de formar y vivir en familia.
El primer tropiezo fue precisamente a raíz de nuestra decisión de casarnos. Los gobernantes del PP del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial obligaron al concejal del PSOE que nos casó a modificar el artículo del Código Civil en el que se utilizaba la palabra matrimonio.
Después de la boda decidimos formar una familia. Nuestro médico de cabecera fue muy directo: el servicio de ginecología que nos correspondía no iba a aprobar el tratamiento a través de la Seguridad Social. En aquel entonces ya era mi mujer socia de la Asociación de la Prensa de Madrid, pero al exigir dos años de carencia para los tratamientos de fertilidad, iniciamos el tratamiento por lo privado. Después de varios intentos, por fin llegó el deseado embarazo y todo se complicó aún más...
Aunque en el hospital nos obligaron a firmar numerosos consentimientos informados por los cuales ambas aceptábamos el tratamiento como matrimonio y repartíamos la responsabilidad tanto del bebé como de los embriones que derivaron del tratamiento, una vez nació nuestra hija no fue suficiente con presentar el famoso papel amarillo del hospital para inscribirla en el registro civil.
Junto con el papel amarillo, tuvimos que presentar numerosa documentación, entre ella los consentimientos firmados por ambas del tratamiento, una carta del ginecólogo confirmando que la hija era fruto de un tratamiento de fertilidad y, ojo, hasta una declaración jurada y firmada por la secretaria judicial de los juzgados de Arganda del Rey que acreditaba que mi mujer (os recuerdo que ya estábamos casadas 3 años antes del embarazo) aceptaba la maternidad del bebé... ¿Alguien sabe de algún registro civil que solicite la prueba de paternidad en el caso de las parejas heterosexuales?
Una vez conseguimos juntar todos los papeles, nos dirigimos al Registro Civil de Rivas Vaciamadrid, localidad en la que residimos. Después de dos visitas, nos marchamos sin poder registrar a la niña porque... ¡Porque no sabían cómo se registraba a una niña con dos madres! Tuvimos que tirar de contactos para que alguien en el Registro Civil de Madrid se hiciera cargo de nuestro caso y nos registrara a la niña.
Dos años después, quisimos darle un hermanito a nuestra hija. Disponíamos de 5 embriones congelados que, os recordaré la memoria, nos habían hecho firmar que eran de las dos y que no se podían utilizar por parte de ninguna sin la autorización de la otra. Decidimos que, puesto que la primera niña la tuve yo, la segunda la tuviera mi pareja.
Una nueva sorpresa... El hospital no podía ponerle los embriones sin que la Comisión de Ética para temas de Fertilidad del Ministerio de Sanidad (entonces del PSOE) diera su autorización. Tardaron más de un año en darnos respuesta, y todo para decirnos que no, que no era ético que mi mujer usara nuestros embriones.
Comenzamos a buscar clínicas privadas que sí nos realizaran ese tratamiento. Algunas, como la Quirón de Madrid, llegaron a decirnos que los tratamientos de fertilidad no estaban para darle a mi mujer el capricho de ser madre y que había casos heterosexuales mucho más sangrantes que el nuestro que merecían mayor atención...
Finalmente, encontramos una clínica en Valencia que nos realizó el tratamiento en base a la interpretación de la propia ley que las otras clínicas esgrimían para no hacérnoslo. Desgraciadamente, el tratamiento no funcionó y perdimos los embriones congelados.
Y volvemos a la actualidad, cuando decidimos que sea yo la que, nuevamente, se someta a un tratamiento de fertilidad utilizando para ello el seguro médico de la Asociación de la Prensa que desde hace años venimos pagando. Y cuál es nuestra sorpresa cuando en el hospital nos dicen que no saben si la APM va a cubrir el tratamiento, puesto que sólo cubre aquellos con problemas de fertilidad: los de los heterosexuales.
A partir de ahí hemos montado un pequeño revuelo en Twitter, que somos conscientes que no nos servirá de gran cosa, puesto que la APM en sus respuestas no ha mostrado el más mínimo interés en recular en su postura homófoba. Alegan que ellos ofrecen un servicio médico que depende de los servicios médicos públicos de la Comunidad de Madrid y que aplican sus pautas. Ante nuestra afirmación de que conocemos casos de matrimonios de mujeres que han accedido por la vía pública a tratamientos de fertilidad, la APM da la callada por respuesta...
Tenemos amigos de derechas, de izquierdas, progres, carcas, modernos, anticuados, jóvenes, viejos... Y siempre nos hemos sentido respetadas y queridas por todos ellos. Ahora sólo nos hace falta que las instituciones se pongan a la altura de una sociedad que le lleva 100 años de adelanto en derechos sociales.
¿Querrá dar el primer paso la APM?
Sara de la Torre (@saradelatorre)
Lola Gabaldón Madrid, 20/Junio/2012
Los derechos sociales constituyen los logros de una colectividad que, con muchos esfuerzos e incontables pérdidas por el camino, dignifican nuestro día a día. Precisamente de dignidad habla nuestra Constitución, en referencia al disfrute por parte de la ciudadanía de los derechos que le son inherentes y que suponen el libre desarrollo de su personalidad.
Sin embargo, en infinidad de ocasiones somos testigos de cómo nuestros derechos y nuestra dignidad -ésa que refrendan nuestras leyes, las que votaron los políticos que nosotros mismos elegimos gracias a nuestro sistema democrático- se ven mermados. Ocurre con pequeños -o grandes- detalles de nuestra vida y, en muchas ocasiones, nos empujan a levantar la voz y lanzar nuestra queja.
A continuación reproducimos la carta de protesta que nos ha hecho llegar una pareja de mujeres que están intentando acceder a un tratamiento de fertilidad a través de un seguro médico privado. Cuando son informadas de que las posibilidades de disfrutar del mismo son muy reducidas porque está destinado, principalmente, a parejas con "graves problemas de infertilidad", ambas se plantean si realmente su situación no conlleva dicho requisito.
Ésta podría ser una buena muestra de la situación de miles de parejas LGTB españolas, que ven pisoteados sus derechos por instituciones que juegan al escondite y se amparan en la burocracia y el vacío administrativo para eludir el cumplimiento de nuestras leyes.
Muchas veces me han preguntado amigos, compañeros e incluso familiares, si me he sentido discriminada por el hecho de compartir mi vida con una persona de mi mismo sexo. Y quizá seamos unas fortunadas, porque en más de 10 años que llevo con mi pareja, nunca (de verdad, nunca) hemos tenido ni el más mínimo problema ni con la gente que conocemos, ni con la que nos hemos ido encontrando por el camino.
Sin embargo, y no deja de ser paradójico, todo el respeto que nos ha mostrado la sociedad se ha convertido en absoluto desprecio por parte de las instituciones, administraciones públicas y asociaciones. Y nos las prometíamos felices cuando se aprobó la ley del matrimonio homosexual... Desde 2006, año en el que nos casamos, todo han sido trabas burocráticas a nuestro deseo de formar y vivir en familia.
El primer tropiezo fue precisamente a raíz de nuestra decisión de casarnos. Los gobernantes del PP del Ayuntamiento de San Lorenzo de El Escorial obligaron al concejal del PSOE que nos casó a modificar el artículo del Código Civil en el que se utilizaba la palabra matrimonio.
Después de la boda decidimos formar una familia. Nuestro médico de cabecera fue muy directo: el servicio de ginecología que nos correspondía no iba a aprobar el tratamiento a través de la Seguridad Social. En aquel entonces ya era mi mujer socia de la Asociación de la Prensa de Madrid, pero al exigir dos años de carencia para los tratamientos de fertilidad, iniciamos el tratamiento por lo privado. Después de varios intentos, por fin llegó el deseado embarazo y todo se complicó aún más...
Aunque en el hospital nos obligaron a firmar numerosos consentimientos informados por los cuales ambas aceptábamos el tratamiento como matrimonio y repartíamos la responsabilidad tanto del bebé como de los embriones que derivaron del tratamiento, una vez nació nuestra hija no fue suficiente con presentar el famoso papel amarillo del hospital para inscribirla en el registro civil.
Junto con el papel amarillo, tuvimos que presentar numerosa documentación, entre ella los consentimientos firmados por ambas del tratamiento, una carta del ginecólogo confirmando que la hija era fruto de un tratamiento de fertilidad y, ojo, hasta una declaración jurada y firmada por la secretaria judicial de los juzgados de Arganda del Rey que acreditaba que mi mujer (os recuerdo que ya estábamos casadas 3 años antes del embarazo) aceptaba la maternidad del bebé... ¿Alguien sabe de algún registro civil que solicite la prueba de paternidad en el caso de las parejas heterosexuales?
Una vez conseguimos juntar todos los papeles, nos dirigimos al Registro Civil de Rivas Vaciamadrid, localidad en la que residimos. Después de dos visitas, nos marchamos sin poder registrar a la niña porque... ¡Porque no sabían cómo se registraba a una niña con dos madres! Tuvimos que tirar de contactos para que alguien en el Registro Civil de Madrid se hiciera cargo de nuestro caso y nos registrara a la niña.
Dos años después, quisimos darle un hermanito a nuestra hija. Disponíamos de 5 embriones congelados que, os recordaré la memoria, nos habían hecho firmar que eran de las dos y que no se podían utilizar por parte de ninguna sin la autorización de la otra. Decidimos que, puesto que la primera niña la tuve yo, la segunda la tuviera mi pareja.
Una nueva sorpresa... El hospital no podía ponerle los embriones sin que la Comisión de Ética para temas de Fertilidad del Ministerio de Sanidad (entonces del PSOE) diera su autorización. Tardaron más de un año en darnos respuesta, y todo para decirnos que no, que no era ético que mi mujer usara nuestros embriones.
Comenzamos a buscar clínicas privadas que sí nos realizaran ese tratamiento. Algunas, como la Quirón de Madrid, llegaron a decirnos que los tratamientos de fertilidad no estaban para darle a mi mujer el capricho de ser madre y que había casos heterosexuales mucho más sangrantes que el nuestro que merecían mayor atención...
Finalmente, encontramos una clínica en Valencia que nos realizó el tratamiento en base a la interpretación de la propia ley que las otras clínicas esgrimían para no hacérnoslo. Desgraciadamente, el tratamiento no funcionó y perdimos los embriones congelados.
Y volvemos a la actualidad, cuando decidimos que sea yo la que, nuevamente, se someta a un tratamiento de fertilidad utilizando para ello el seguro médico de la Asociación de la Prensa que desde hace años venimos pagando. Y cuál es nuestra sorpresa cuando en el hospital nos dicen que no saben si la APM va a cubrir el tratamiento, puesto que sólo cubre aquellos con problemas de fertilidad: los de los heterosexuales.
A partir de ahí hemos montado un pequeño revuelo en Twitter, que somos conscientes que no nos servirá de gran cosa, puesto que la APM en sus respuestas no ha mostrado el más mínimo interés en recular en su postura homófoba. Alegan que ellos ofrecen un servicio médico que depende de los servicios médicos públicos de la Comunidad de Madrid y que aplican sus pautas. Ante nuestra afirmación de que conocemos casos de matrimonios de mujeres que han accedido por la vía pública a tratamientos de fertilidad, la APM da la callada por respuesta...
Tenemos amigos de derechas, de izquierdas, progres, carcas, modernos, anticuados, jóvenes, viejos... Y siempre nos hemos sentido respetadas y queridas por todos ellos. Ahora sólo nos hace falta que las instituciones se pongan a la altura de una sociedad que le lleva 100 años de adelanto en derechos sociales.
¿Querrá dar el primer paso la APM?
Sara de la Torre (@saradelatorre)
jueves, 28 de junio de 2012
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